viernes, 1 de octubre de 2010

¿Golpe de estado contra Ecuador sublevación policial?

Por Feña Carrasco

Este viernes nos desayunamos con la noticia de que el presidente de Ecuador fue liberado por el Ejército de ese país en horas de la madrugada, tras una jornada del jueves cargada de incertidumbre. El mandatario, muy al estilo de su homólogo venezolano, hizo alarde de una retórica populista que ya fluye con naturalidad en él y aseguró que no habrá “olvido ni perdón” para los instigadores,-apuntado directamente al ex presidente Lucio Gutiérrez- del supuesto golpe de estado en su contra.

Hablamos de supuesto porque en ningún momento los militares tomaron las calles y se sumaron a la protesta que estaban llevado a cabo la Policía Nacional ecuatoriana, en reclamo a las nuevas medidas adoptadas por el Ejecutivo que aumentaba de cinco a siete años el período para ser ascendido de rango y una disminución de su salario; entre otras cosas. Tampoco podría decirse que a la par de esta iniciativa había movilizaciones de carácter masivo y popular en contra de Correa. Es cierto, la gente comenzó a movilizarse, en su mayoría para defenderlo, pero después de Correa tragase gas lacrimógeno y montase el show en el Hospital Metropolitano de Quitó, en donde gritó a todo pulmón con la chulería que le caracteriza “¡si me quieren matar, mátenme que aquí estoy”, ante más de un centenar de policías armados que no desenfundaron sus armas, ni siquiera para intimidarlo, en un gesto que en el fondo demuestra que la intención de estos oficiales no era “tumbarlo”.

Tampoco el alto mando militar le dio la espalda, al contrario. El Ministro de Defensa de ese país manifestó su apoyo al Jefe de Estado, al igual que lo hizo la Asamblea Nacional de ese país, precisamente dos de los organismos que darían lugar a un golpe de estado.

Lo de ayer fue más una sublevación policial que el golpe que titulan todos los diarios del mundo. Hubo riesgo de que se alterara el orden institucional de Ecuador; un riesgo inminente e incuestionable, pero lo de este jueves fue en realidad un aviso para Correa de los focos de descontento que comienzan a originarse a causa de un gobierno que resulta una franquicia exacta del fantoche socialista del modelo venezolano.

Lo de la Policía Nacional no ha de ser tomarlo a la ligera. Correa no ha de atribuir el incidente a la oposición de ese país, porque fueron las medidas de su Ejecutivo y no sus detractores los que instigaron los hechos de ayer.

Uno de los policías de ecuador cayo herido, de la avenida y se fue hacia el puente y estando harto tiempo tirado en el suelo muere.

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